La ozonoterapia es un tipo de medicina alternativa sin evidencia científica que pretende, entre otros objetivos, la saturación de oxígeno en el organismo a través de la insuflación de una mezcla de oxígeno y ozono al cuerpo por diversas vías. Se basa en una mezcla de ozono y oxígeno que tiene una acción analgésica, antiinflamatoria, antibacteriana y revitalizante de tejidos. Gracias a sus muchos beneficios, le permite tratar una amplia gama de trastornos y enfermedades, desde dolor de espalda debido a hernias de disco y protuberancias, hasta enfermedades dolorosas de las articulaciones, como la artritis y el reumatismo.
La administración de ozono produce numerosos efectos beneficiosos en nuestro organismo. Específicamente:
- Promueve la liberación de endorfinas, las llamadas «hormonas del bienestar», que bloquean la transmisión de la señal dañina y liberan una sensación de euforia.
- Realiza una acción antiinflamatoria, ya que:
Aumenta las citoquinas antiinflamatorias (moléculas de proteínas responsables de contrarrestar la respuesta inflamatoria de nuestro cuerpo)
Reduce la cantidad de citoquinas proinflamatorias (que en su lugar alimentan la inflamación).
- Permite optimizar el enlace entre el oxígeno respirado y los glóbulos rojos (células encargadas de transportar el oxígeno a los tejidos), aumentando así el suministro de oxígeno a los tejidos periféricos consiguiendo un efecto revitalizante.
- Tiene un efecto antienvejecimiento, ya que favorece la activación de mecanismos antioxidantes endógenos, que es producido directamente por nuestro organismo, que contrarrestan la acción de los radicales libres.
- Tiene efecto lipolítico (destrucción de grasas), ya que es capaz de dividir los ácidos grasos de cadena larga.
- Acción analgésica, importante en cuanto a la relajación muscular y vasodilatación y reactivación del metabolismo muscular.
La oxigenoterapia-ozono se puede practicar a través de diferentes vías de administración:
- Intramuscular.
- Subcutánea.
- Rectal.
- Intraarticular.
- Intravenoso.