Ayer, dos proyectos clave para la agenda de DeSantis pasaron sin complicaciones la etapa de comités en el Congreso de Florida, lo que les deja el camino libre para ser debatidos en ambas cámaras y que haya una votación al respecto. Se trata del proyecto de ley que prohíbe en el estado las terapias de reafirmación de género para menores de edad, y el proyecto de ley que elimina buena parte de las clases sobre diversidad en las universidades financiadas con dinero estatal.
El gobernador jamás ha ocultado su desagrado por los programas centrados en diversidad, equidad e inclusión en las universidades, así como de la Teoría Crítica de la Raza, que es un estudio de la historia de los Estados Unidos bajo el prisma del racismo. El gobernador en varias ocasiones se ha opuesto a considerar el racismo como intrínseco en el país, y cataloga a estos cursos como parte de lo que llaman la cultura “woke” (nombre que se le ha dado a una corriente progresista en el país).
“En Florida no nos vamos a doblegar ante la mafia ‘woke’, y vamos a exponer el fraude que quieren imponer sobre los estudiantes de todo el país. En Florida los estudiantes van a recibir una educación, no van a ser adoctrinados”, decía DeSantis en una mesa de debate previa a que los proyectos de ley fueran aprobados en los comités del Congreso estatal.