Investigadores del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) de Madrid descubrieron en la región de Echus-Chasma, en Marte, un río de lava de hace 59 millones de años bajo la cual todavía se conservan rastros del material que había entonces en la superficie del planeta.
La investigación, que fue portada de la revista Remote Sensing, explica que cerca de este río, también se localizó un tubo de lava abierto a la superficie.
La estructura de magma descubierta por el equipo del Centro de Astrobiología (CAB) se encuentra a una altura de 262 pies sobre la superficie y conserva algunos respiraderos que se formaron durante el enfriamiento de la lava.
El descubrimiento se hizo a partir del análisis de las mediciones sobre la colada de lava realizadas por el instrumento SHAllow RADar (SHARAD) del Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA.
Además, unas millas más al norte se localizaron otros reflectores subterráneos a una profundidad de unos 100 pies y una larga cadena de pozos formada por el colapso de un tubo de lava.
Los tubos de lava y las cuevas son regiones de especial interés en Marte, ya que tienen condiciones ambientales muy distintas a las de la superficie y que podrían ser un refugio geológico para la vida.