La llamaron la “Ley de Protección de los Niños”, una legislación que, según la explicación del gobernador Ron DeSantis, está diseñada para castigar a las personas o comercios que permitan a los niños presenciar espectáculos de transformismo (Drag Queens), actuaciones burlescas u otro tipo de entretenimiento “lascivo”. Un nuevo capítulo en la lucha de DeSantis que algunos interpretan como defensa de los menores y otros como un ataque directo a la comunidad trans.
La “Ley de Protección de los Niños” prohíbe que se permita el ingreso de cualquier menor de 18 años en cualquier tipo de “espectáculo, exhibición u otra presentación frente a una audiencia en vivo que, en su totalidad o en parte, represente o simule desnudez, conducta sexual, excitación sexual o actividades sexuales específicas”, según se lee en la legislación.
El texto convertido en ley por DeSantis ahonda en los pormenores de los espectáculos en cuestión indicando que serán penados los que autoricen el ingreso de menores a shows en los que haya “conducta lasciva, o exposición lasciva de prótesis o genitales o senos de imitación, en los que se busque atraer intereses lascivos, vergonzosos o morbosos y haya exhibiciones evidentemente ofensivas, sin valor literario, artístico, político o científico serio para el público”.