El aceite de oliva y, sobre todo el virgen extra o AOVE, tiene multitud de propiedades, convirtiendo en un alimento adecuado para incluir las diversas dietas y etapas de la vida. Y es que por ser una grasa de origen vegetal cuenta con alto en nutrientes, propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y cardioprotectoras.
“Resulta fundamental seleccionar de forma adecuada los alimentos que vamos a sumar a nuestra dieta diaria, acompañada de actividad física y otros cambios de hábitos”, detalló Mayo Clinic.
Las bondades del aceite de oliva van desde agente que ayuda a desintoxicar el hígado eliminado toxinas hasta proteger el corazón, estimular la correcta digestión, reducir el estrés y controlar los niveles de colesterol.
Podemos resaltar que uno de los principales estudios que evidenció los potenciales efectos del aceite de oliva extra virgen fue el estudio Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED).
Los expertos comentaron que “el consumo regular de aceite de oliva aporta grasas necesarias que ayudan al correcto funcionamiento del sistema nervioso central, como también sirva como analgésico y antiinflamatorio reduciendo las molestias musculares”.
Por su parte, los principales componentes del aceite de oliva virgen extra son: polifenoles (oleuropeina), esteroles, vitamina A, vitamina D, vitamina E, vitamina K, ácido oléico, ácidos grasos saludables, fosfolípidos, calcio, fósforo, zinc, magnesio, hierro y carotenos.