En las festividades de fin de año, los hábitos saludables suelen verse afectados por el consumo excesivo de alimentos hipercalóricos, bebidas alcohólicas y, en algunos casos, por el tabaquismo. Los excesos pueden conducir a incrementos en los niveles de colesterol, azúcar en sangre y en la ganancia de grasa corporal. Una forma de evitarlo es moderarse en el consumo tanto de postres como de alcohol.
Es posible mitigar las consecuencias de estos excesos al seguir las rutinas de ejercicio, aun cuando se reduzca su intensidad o se opte por actividades más leves como caminar. Respecto a los hábitos alimenticios, los expertos sostienen que se debe considerar que las dietas restrictivas podrían evitarse al consumir porciones pequeñas de un platillo de temporada, después de revisar los ingredientes de los alimentos.
En tanto, los resultados del entrenamiento físico ayudan a evitar un estilo de vida sedentario en las vacaciones de invierno mientras se mantiene un control de peso adecuado. Además, mejora la salud cardiaca y metabólica en personas con sobrepeso durante el fin de año, cuyos resultados pueden prevenir a largo plazo el empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares preexistentes. El antes y el después de las fiestas.