Aproximadamente el 75% de los consumidores estadounidenses considera que la cultura de las propinas ha alcanzado niveles “excesivos”. Así lo reveló un reciente estudio realizado por WalletHub que estableció que más del 60% de los consumidores ven esta gratificación como algo voluntario en lugar de una obligación ineludible. Casi la mitad de los encuestados admitió dar propinas más por “presión social” que como reconocimiento a un servicio destacado.
Otros datos de la encuestas arrojaron que cerca del 70% de las personas opinan que las propinas deberían repartirse únicamente entre aquellos empleados que brindan el servicio directamente. Además, un 78% aboga por la prohibición de cargos automáticos por propina.
Este panorama es reflejo de un cambio cultural que, según la doctora Melissa Dallas, profesora emérita del departamento de liderazgo en hospitalidad de la Missouri State University, ha resultado ser perjudicial tanto para los consumidores como para los empleados que dependen de las propinas.