El gobierno de Estados Unidos ha puesto fin oficialmente a su lucha legal contra una próxima expedición al naufragio del Titanic después de que la empresa propietaria de los derechos de salvamento del buque redujera sus planes de inmersión.
Sin embargo, Estados Unidos declaró la semana pasada en los tribunales que podría emprender batallas judiciales contra futuras expediciones si infringen una ley federal y un acuerdo con el Reino Unido para tratar los restos del naufragio como una tumba.
Ambos consideran el lugar como un monumento a las más de 1.500 personas que murieron cuando el Titanic chocó contra un iceberg y se hundió en 1912. Entre las preocupaciones del gobierno está la posible alteración de los artefactos y restos humanos que puedan existir aún en el lecho marino del Atlántico Norte.