El gobierno de Estados Unidos decidió poner fin a la licencia que permitía a la petrolera Chevron operar en Venezuela. La empresa estadounidense tiene hasta el 3 de abril para cerrar sus actividades en el país sudamericano, según lo estipulado en una actualización de la licencia publicada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
A diferencia de otros casos en los que se otorgan períodos de seis meses para la finalización de operaciones, esta vez solo se concedieron 30 días. La medida busca reducir el flujo de dólares en la economía venezolana, afectando directamente los ingresos del régimen de Nicolás Maduro, cuya economía depende en gran parte de la industria petrolera.
Chevron era la única gran petrolera estadounidense que mantenía operaciones en Venezuela, trabajando en conjunto con la estatal PDVSA. Su salida representa un golpe significativo para la industria petrolera del país y la relación comercial entre ambas naciones.
El impacto en la economía venezolana
La industria petrolera representa el principal sostén económico de Venezuela, y la presencia de Chevron garantizaba una fuente de ingresos vital. La salida de la compañía podría generar una reducción en la producción de crudo y afectar la estabilidad del mercado cambiario, ya que la oferta de dólares en circulación disminuirá.
Chevron alcanzó en 2024 una producción superior a los 200.000 barriles diarios en Venezuela, según datos del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU.. Con la revocación de la licencia, PDVSA deberá asumir el control total de estas operaciones, lo que podría generar dificultades logísticas y una caída en la producción.
Además, esta decisión podría impactar las exportaciones petroleras de Venezuela, que en los últimos años han sido una de las pocas fuentes de ingresos en divisas extranjeras. La capacidad del país para encontrar nuevos socios comerciales dependerá de las condiciones del mercado y de posibles acuerdos con otros actores internacionales.
Reacciones del gobierno de Maduro
Desde el Palacio de Miraflores, el gobierno de Venezuela rechazó la decisión y acusó a Estados Unidos de ceder ante la presión de sectores opositores para suspender la licencia de Chevron. La vicepresidenta Delcy Rodríguez afirmó que la administración de Trump se dejó influenciar por el «lobby del extremismo venezolano» y lamentó la salida de Chevron, una empresa con más de 100 años de operaciones en Venezuela.
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El gobierno de Maduro considera esta decisión como un intento de asfixiar económicamente al país y frenar su acceso a los mercados internacionales. En respuesta, las autoridades venezolanas han indicado que evaluarán alternativas para continuar la producción y comercialización del petróleo sin la participación de la compañía estadounidense.
El contexto político detrás de la medida
La decisión de revocar la licencia de Chevron se enmarca en un contexto político tenso entre Estados Unidos y Venezuela. A finales de febrero, el expresidente Donald Trump ya había adelantado su intención de eliminar los permisos para exportar petróleo venezolano.
Trump justificó esta medida al señalar que el régimen de Maduro no ha cooperado en la deportación de migrantes indocumentados en Estados Unidos y que no ha cumplido con las condiciones establecidas en los acuerdos sobre garantías electorales en Venezuela.
«Estamos revirtiendo las concesiones que el corrupto Joe Biden le dio a Nicolás Maduro sobre el acuerdo de transacción petrolera de noviembre de 2022″, declaró Trump. También acusó al chavismo de seguir beneficiándose económicamente de estas transacciones sin cumplir con los compromisos asumidos.
Chevron y su historia en Venezuela
Chevron mantuvo una presencia en Venezuela desde hace más de un siglo y ha jugado un papel clave en el desarrollo del sector energético del país. Su asociación con PDVSA permitió que la producción petrolera venezolana continuara a pesar de las sanciones impuestas por Estados Unidos en los últimos años.
En 2019, bajo la administración de Trump, Estados Unidos prohibió importaciones de petróleo venezolano, en un esfuerzo por ejercer presión sobre Maduro. Sin embargo, en 2022, el gobierno de Biden restableció permisos para Chevron en Venezuela con el objetivo de facilitar negociaciones políticas y garantizar cierta estabilidad en el mercado energético.
Con la salida de la petrolera, Venezuela enfrenta un nuevo escenario en el que deberá buscar socios alternativos o aumentar su cooperación con países como China, Rusia o Irán para mantener su producción y exportación de crudo.
El futuro del petróleo en Venezuela
La salida de Chevron deja un vacío importante en la industria petrolera de Venezuela, lo que podría derivar en una reducción en la producción y afectar el suministro de crudo a mercados internacionales.
Además, el impacto en la economía venezolana podría ser significativo, ya que el gobierno de Maduro depende en gran medida de los ingresos generados por la venta de petróleo. Las próximas semanas serán clave para determinar si el régimen logra encontrar alternativas o si esta medida genera una crisis más profunda en la industria energética del país.
La incertidumbre sobre el futuro de la producción petrolera en Venezuela sigue en aumento, mientras el gobierno de EE.UU. endurece su postura frente al chavismo y las sanciones continúan marcando el rumbo de las relaciones bilaterales.