Edson Arantes do Nascimento, conocido en el mundo como Pelé, era la perfección absoluta en el fútbol. El gran campeón falleció a la edad de 82 años. Su récord de goles anotados: 1.281 en 1.363 partidos
Pelé era el nombre de un sueño, el nombre de dios. Tenía una voz profunda y cavernosa de un contrabajo, y ese sonido salía de un cuerpo nada impresionante, de un metro y setenta de altura, ni siquiera de 75 kilos de peso. Pero era una ilusión óptica, porque la estructura física de Edson Arantes do Nascimento era en cambio la perfección absoluta: piernas hipertróficas, potencia en cada gesto y agilidad al mismo tiempo, equilibrio sublime. Algo explosivo y elástico. Y luego la técnica monstruosa, el regate único en el mundo, la precisión en el tiro y el cabezazo, la visión del juego que le permitió cada vez celebrar dos partidos juntos, simultáneamente, uno al servicio del otro: el suyo y el del equipo, que es Santos con camiseta blanca o el maravilloso Brasil. Nunca nadie así, nunca más.
Los hijos de Pelé compartieron imágenes y actualizaciones de su estado desde que fue internado, su hija Kely Nascimento publicó en Instagram el 23 de diciembre un conmovedor tributo y una foto de su padre. Hasta hoy 29 de diciembre donde a través de otro mensaje dio la conmovedora noticia: “nos dejó después de una larga agonía”