El controvertido Título 42, la norma que en Estados Unidos permitía la expulsión de migrantes por motivos de salud pública, llegó a su fin ayer jueves 12 de mayo a las 21:59, hora local de El Paso (Texas), donde las autoridades estatales y federales activaron sus respectivos protocolos ante un mayor flujo de personas en la frontera con México.
Impuesto durante la Administración del ex presidente Donald Trump (2017-2021), alabado por los republicanos, criticado por activistas de los derechos humanos y mantenido por Joe Biden, su levantamiento ha desatado rumores y una nueva batalla política entre progresistas y conservadores.
Mediante un video publicado en redes sociales y dirigido a quienes intenten cruzar de forma ilegal, el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, expresó que “las fronteras no están abiertas”.
“A partir de esta noche, las personas que lleguen a la frontera sin utilizar una vía legal serán consideradas no aptas para pedir asilo. Estamos preparados para procesar humanamente y expulsar a las personas que no tengan una base legal para permanecer en EE.UU.”, sentenció Mayorkas.
El Ejército estadounidense apoyará las labores de vigilancia con 1.500 soldados en la frontera de Texas, que serán refuerzos de la Guardia Nacional y la ciudad de El Paso habilitó 4.500 camas para recibir a refugiados que hayan superado la selección rigurosa de la policía y ha colaborado plenamente con las agencias de seguridad para desalojar un campamento de migrantes que se instaló hace algunos días cerca de una iglesia en el centro de la ciudad.