Más de 2 millones de ciudadanos estadounidenses han recibido la nueva vacuna contra el COVID-19 en las dos semanas transcurridas desde que fueron aprobadas. Según el Departamento de Salud (HHS), no fue fácil superar las barreras iniciales que pusieron las compañías de seguros, entre otros problemas como los mensajes contradictorios de funcionarios locales que, por ejemplo, en Florida, la desaconsejaron contra el criterio científico de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Estados Unidos dispone, por primera vez, de vacunas con mayor eficacia para las nuevas cepas de COVID-19, la gripe y el VRS, enfermedades que se intensifican durante el otoño y el invierno boreales. Las autoridades sanitarias han mostrado su preocupación a que la fatiga de las vacunas, luego de tantas campañas durante y después de la pandemia de coronavirus y las molestias para ser conseguidas pueden dejar desprotegidas a muchas personas.