Por segunda noche consecutiva, los residentes de Maine permanecieron en sus casas mientras cientos de policías y agentes del FBI fuertemente armados buscaban intensamente a Robert Card, un reservista del Ejército acusado de matar a 18 personas en un local de bowling , en la peor masacre en la historia del estado.
La búsqueda de este jueves se centró en la propiedad de un familiar de Card, en la zona rural de Bowdoin, donde camionetas llenas de agentes armados rodearon una casa de la localidad.
Card es sospechoso de abrir fuego con un rifle de alto calibre en un bar y un local de bowling de Lewiston, ubicada a unos 15 kilómetros de Bowdoin y la segunda ciudad más grande de Maine. En el tiroteo fueron asesinadas 18 personas y otras 13 resultaron heridas, tres de ellas en estado en estado crítico.
Las autoridades no detallaron cuántas armas se utilizaron ni cómo se obtuvieron.
Escuelas, consultorios médicos y supermercados cerraron sus puertas este miércoles ante el peligro de “tirador activo” mientras que cientos de vecinos se vieron obligados a encerrarse bajo llave en sus hogares en ciudades hasta 80 kilómetros de distancia del lugar de los disparos.