Los videojuegos han demostrado ser un terreno fértil para la formación de amistades entre los adolescentes en Estados Unidos, aunque esta actividad también se asocia con experiencias negativas, como el acoso y los insultos. Según una encuesta reciente realizada por el Centro de Investigación Pew, se reveló que más de 1.400 adolescentes, de entre 13 y 17 años, tienen una relación compleja con los videojuegos, balanceando los aspectos positivos de socialización con las adversidades presentes en algunos entornos de juego.
“Detalladamente, la encuesta de Pew indica que el 40% de los adolescentes considera que los videojuegos afectan negativamente su sueño”, mientras que un 58% está conforme con el tiempo dedicado a jugar. Esto refleja cierta conciencia sobre los efectos adversos que puede tener el juego excesivo, aunque sin una preocupación dominante que impulse una disminución significativa en el tiempo de juego.